Una de las creaciones más relevantes del arte contemporáneo
La obra establece un diálogo entre el espectador y el espacio, la perspectiva, la verticalidad, la ilusión, lo visible y lo invisible
Considerada la obra cumbre de la carrera de Juan Muñoz, esta instalación escultórica de dimensiones extraordinarias fue creada en el 2001 como un proyecto para ocupar la sala de Turbinas de Tate Modern. En octubre de 2018, se presentó por primera vez en España en PLANTA. Con esta obra el proyecto además abrió por primera vez sus puertas al público.
El contexto industrial y el entorno natural aportan un carácter singular a la obra, dándole una nueva vida a la pieza y también al espacio que la alberga
La obra se ha instalado en una gran nave industrial de más de 2.200 metros cuadrados, empleada anteriormente para la producción de dovelas prefabricadas de hormigón, que ha sido transformada específicamente para albergar esta pieza evocando el espacio original de la sala de turbinas de Tate Modern.
Juan Muñoz, el gran renovador de la escultura contemporánea
El artista investigó la relación entre la figura humana y el espacio expositivo
Es conocido por sus obras en las que sitúa la figura humana dentro de ambientes arquitectónicos complejos, escenarios alienantes y mundos ficticios habitados por personajes que dan lugar a innumerables narraciones posibles, para, según él mismo “encontrar un sujeto en la figura humana que guíe la atención del espectador hacia el sentido de ‘lo otro’ implícito en la figura en sí misma”.